Del uso del huso y del trompo

El objetivo de este proyecto es propiciar un espacio-tiempo destinado al juego y la creación individual y colectiva en la que los participantes puedan experimentar con lana. A través del juego y los encuentros periódicos es posible retomar el trabajo de las manos desde una nueva perspectiva que involucre la expresión personal y la creación colectiva.

Acciones participativas. Violeta Cincioni

4º Encuentro. 13 de Noviembre 2010

Llegamos al ultimo Encuentro previsto para este año… bajo el solcito y el cielo celeste de noviembre, colgamos de unos árboles el tejido colectivo quedó suspendido en el aire. Expuse los 3 libros producidos con el material realizado por los participantes en cada Encuentro y poesías visuales, recortes y fotos intervenidas por mi, ya casi terminados los vimos sobre una mesa. Se acercaron muchos fieles asistentes a todos los Encuentros y nuevos visitantes.
La bienvenida dada por las anfitrionas que son quienes cocinan y preparan la estadia para todos los visitantes a la Estancia, tambien buenas tejedoras he

Jorge esquiló una oveja, de ese modo pudimos conocer el ciclo completo del trabajo con la lana natural. Jorge atrapó una oveja gordita, ató sus patas y cuidadosamente con unas tijeras bien afiladas fue cortando prolijamente todo su pelo.

Nos reunimos a la sombra, en ronda, para hilar. Muchos se animaron a probar con la lana sucia recién esquilada.

Luego aprovechando la concentración y la tranquilidad de la tarde propuse a todos decir en palabras lo que pensaban sobre lo producido en los Encuentros y una posible proyección futura. Varios expresaron sus sensaciones, sus experiencias… compartimos unas ricas reflexiones.

Finamente hicimos un ritual de agradecimiento donde ofrendamos a la tierra en un hoyo lanitas hiladas, husos, dibujos de trompo y algunas delicias comestibles que aportaron las cocineras. Nos acompañamos con música espontánea e improvisada que todos producimos con instrumentos hechos de deshechos y herramientas, al ritmo alegre que nos contagiaba Jorge con el acordeón y Esteban con su cuatro.

Bailamos en ronda… el sol se puso bien naranja y se fue extinguiendo como el fueguito bajo las piedritas que amontonaron los niños, dejándonos una sensación de fin y de comienzo, de ciclo vital…