Del uso del huso y del trompo

El objetivo de este proyecto es propiciar un espacio-tiempo destinado al juego y la creación individual y colectiva en la que los participantes puedan experimentar con lana. A través del juego y los encuentros periódicos es posible retomar el trabajo de las manos desde una nueva perspectiva que involucre la expresión personal y la creación colectiva.

Acciones participativas. Violeta Cincioni

1º ENCUENTRO 24 de Julio de 2010

Esta tarde de sábado fue soleada y fría afuera, porque adentro la calidez era lo primero en notarse. La sala de reuniones de La Catita se llenó de gente, vinieron desde La Niña, de Quiroga, de 9 de Julio, de Buenos Aires, de Avellaneda, de Carapachay... había niños y señoras, también jóvenes y unos cuantos hombres que se acercaron con mucho gusto a participar.

Me presenté con mi vestido que confeccioné especialmente para la ocasión con varias piezas tejidas: una parte tejida por mi abuela materna (quien me enseñó a tejer con dos agujas), una tela de telar realizada por mi mamá (quien me hizo conocer el telar), un detalle realizado por mi abuela paterna (quien me enseño a coser) y una delicada flor tejida por mi bisabuela (quien me enseñó a tejer a crochet).




Estaban dispuestas telas y papeles sobre las tablas y la mesa, todos se pusieron a jugar con los trompos que dibujan. Espirales, manchas, puntos, líneas cubrieron de color las superficies blancas. Se escuchaban risas, intercambios y colaboraciones entre los concurrentes buscando diferentes modos de lanzar los trompos: _”Es mejor con las dos manos” _”Mirá como queda si lo tirás chanfleado”. Así comenzaron a soltarse las manos y las ataduras de cualquier tipo, apareció la posibilidad de conversar con los otros y de disfrutar.



Colgamos los dibujos a la vista.

Hicimos una enorme ronda. Mostré el vellón de lana, el huso y fui girando para que todos vean como se tuercen las hebras para formar el hilo.

La concentración fue intensa, las manos y la lana se reconocieron. Cada uno intentó hilar acompañado por los otros que hacían lo mismo.


Luego de la confección de bastante hilo, la propuesta fue crear algo nuevo con los dibujos y la lana. Cualquier ocurrencia fue bienvenida. Los experimentos con los materiales se mezclaron con la merienda: mate, tortafritas y tortas riquisimas. Surgieron nuevos dibujos sobre los de los trompos realizados con lana y marcadores, collages, pequeños tejidos preciosos, muñecos, manteles, bordados, tapices…



Finalmente todos miramos atentamente cada una de las producciones, y escuchamos las reflexiones que despertó de la actividad. Se expresó la grata sorpresa de compartir niños, mujeres grandes y jóvenes con hombres el juego y la tarea. La magia que se respiraba en el aire surgida de la concentración y la comunión.